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Leyendas urbanas no comprobadas sobre artistas


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William Shakespeare

Las leyendas urbanas las encontramos en los ámbitos más diversos, en política, en economía, en sociedad y, cómo no, también en las artes y en la literatura. En muchas ocasiones llegan a un nivel de paranoia que roza lo absurdo. Allá donde haya un misterio habrá, tarde o temprano, una teoría descabellada y conspiratoria para dar una explicación a casi cualquier cosa. Mientras que algunas son aceptadas por un amplio sector de conspiranóicos, otras son el producto de una sola mente perturbada, sin que nadie más le dé pábulo. Sea como fuere, aquí van 13 de las leyendas urbanas literarias más conocidas y difundidas ‒un número que también tiene mucho de leyenda urbana‒. Que cada uno saque sus conclusiones y crea en lo que quiera creer.

1. Shakespeare no escribió sus obras

Se trata de una de las teorías literarias de la conspiración más populares. A la fama universal del Bardo de Avon hay que sumarle el que esta idea haya sido planteada o defendida tanto por académicos, estudiosos y expertos en Shakespeare como por conocidos intelectuales y artistas como Charles Dickens, Sigmund Freud, Orson Welles o Charlie Chaplin. Para empezar, no parece creíble que el tercero de ocho hijos de una familia humilde, que ni siquiera tenía estudios, escribiera obras de la perfección y complejidad como las que tienen las que se le atribuyen.

Entre los sospechosos de ser los verdaderos autores de las obras de Shakespeare se encuentran escritores como Christopher Marlowe, Edward de Vere o Sir Francis Bacon. Marlowe murió mucho antes de que la mayor parte de las obras de Shakespeare fueran escritas, pero su muerte estuvo rodeada de bastante misterio y se sospecha que pudo ser un montaje para hacer desaparecer al polémico escritor, que también era espía. Desde la sombra pudo estar escribiendo las obras de Shakespeare, pero no utilizaría su nombre para no descubrirse. Hay que tener en cuenta que las primeras obras conocidas de Shakespeare datan del mismo año en que murió Marlowe y que el estudioso Calvin Hoffman ha encontrado importantes similitudes en versos de ambos autores.

A Edward de Vere, decimoséptimo conde de Oxford, le pasa algo parecido a Marlowe, que murió antes de que se escribieran algunas de las obras shakespearianas, entre ellas Macbeth o La Tempestad. La teoría de Francis Bacon, bien en solitario o bien como miembro de un grupo más amplio, es la más plausible, sobre todo porque él sí estuvo vivo hasta que la última de las obras de Shakespeare fue escrita. Así lo defendía Mark Twain, que creyó haber encontrado un mensaje cifrado que decía «Francisco Bacono» en el primer folio.

Teorías similares hay con otros autores. Ocurre con Molière, por ejemplo, del que también se sospecha que pudo no haber escrito las obras que se le atribuyen. La alternativa más habitual es Corneille. Así, en 1919, el escritor francés Pierre Louÿs publicó en la revista literaria Comédia un artículo titulado «Molière es una obra maestra de Pierre Corneille» donde defendía que Corneille era el negro literario de Molière. Aquí explico algunas teorías similares sobre autores de los que se sospechan que pudieran utilizar negros literario

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Charlotte Brontë

2. Branwell Brontë, el hermano de Emily Brontë, es el verdadero autor de Cumbres borrascosas

Según la autora de fantasía Clare Dunkle es Branwell Brontë y no su hermana Emily el autor de Cumbres borrascosas. Se supone que mientras trabajaba en la novela Branwell leyó varios pasajes de la obra a algunos amigos. Una vez que la obra fue publicada, firmada por Emily Brontë, hubo quienes reconocieron en ella los mismos pasajes que Branwel había leído anteriormente.

3. Charlotte Brontë asesinó a sus hermanas. Ninguna de los cuatro hermanos Brontë ‒Charlotte, Emily, Anne y Branwell‒ sobrevivió más allá de los 30 años, según nos cuenta la historia oficial debido en todos los casos a la tuberculosis. Sin embargo, el criminólogo James Tully, autor de Los crímenes de Charlotte Brontë, ha planteado una teoría mucho más siniestra. Según Tully, Charlotte estaba celosa de la fama de sus hermanos, por lo que decidió envenenarlos a todos con ayuda de su marido Arthur Bell Nicholls. Gracias a su plan Emily y Branwell murieron en 1848 y Anne en 1849. Lo que Charlotte no podía sospechar es que sería traicionada por su marido. Nicholls envenenó también a Charlotte y eliminó todas las pruebas. Inicialmente Tully escribió su teoría como un ensayo de no ficción pero como no encontraba ningún editor dispuesto a publicar tal despropósito tuvo que cambiarle el formato y convertir el ensayo en una novela.

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Edgar Allan Poe

4. Edgar Allan Poe fue asesinado

Haciendo honor a su título de padre de la novela policíaca, la muerte de Edgar Allan Poe es todo un misterio. El 3 de octubre de 1849, después de desaparecer unos días, Poe apareció en Baltimore, delirando y vistiendo una ropa que no era la suya. Cuatro días más tarde falleció sin que se pudiera hacer nada para evitarlo. Ante este enigma, son muchas las teorías que se han propuesto para intentar explicar la muerte de Poe ‒aquí le doy un repaso a todas ellas‒, entre las que se encuentra el asesinato. Se supone que Poe podría haber sido víctima de una práctica conocida como cooping, un tipo de fraude electoral que consistía en emborrachar y secuestrar personas para disfrazarlas y forzarlas a votar varias veces por un candidato específico. Otra posibilidad, planteada por el escritor John Evangelist Walsh, es que Poe fuera asesinado por los hermanos de su prometida millonaria, Elmira Shelton, para evitar que se produjera el enlace.

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Lewis Carroll

5. Lewis Carroll era Jack el Destripador

La misteriosa identidad de Jack el Destripador ha dado pie a todo tipo de teorías de la conspiración. Incluso hoy en día el enigma parece que se resiste a ser resuelto. Recientemente un examen de ADN señaló que la verdadera identidad de Jack el Destripador era un hombre polaco llamado Aaron Kosminski, que desde el otoño de 1888 figuraba en la lista de los seis principales sospechosos, sin embargo, la teoría se ha venido abajo al detectarse un error en la prueba de ADN. Para el escritor Richard Wallace, sin embargo, la identidad de Jack el Destripador está bien clara: Charles Ludwidge Dodgson, más conocido como Lewis Carroll. Así lo defiende en su libro Jack el destripador, amigo desenfadado, publicado en 1996. Wallace basa su hipótesis en el carácter reprimido y la infancia traumática de Carroll, y pretende demostrarla a través de numerosos mensajes ‒o anagramas‒ que lo vinculan con los homicidios descubiertos en algunas de sus obras. Aunque, todo sea dicho, para montar los mensajes acusatorios Wallace trastoca alguna que otra letra. La teoría de Wallace no parece sostenerse desde el momento en que existen estudios que demuestran que Carroll estaba lejos del lugar y fechas de tres de los crímenes.

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F. Scott Fitzgerald

6. F. Scott Fitzgerald robó material a su esposa, Zelda

De hecho, los estudiosos de la obra de Fitzgerald tienen pruebas de que Scott utilizó fragmentos de sus cartas de Zelda y entradas de su diario en sus novelas. En una ocasión Zelda acusó a Scott de robar su genio escribiendo: «Has recogido las migajas que se me han ido cayendo desde hace diez años». Otros, en cambio, como Hemingway, pensaban que era Zelda la que se estaba aprovechando de Scott. Para Hemingway Zelda era una escritora de tercera categoría que había conseguido ser publicada solo por ser la esposa de quien era.

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Tolkien

7. Tolkien y C.S. Lewis pertenecían a algún grupo secreto con la intención de dominar el mundo

La importancia e influencia de Tolkien y C.S. Lewis incluso fuera de la literatura está más allá de toda duda. Ahora bien, el simbolismo presente en muchas de las novelas de ambos autores ‒que según sus propias indicaciones habría que interpretar en clave cristiana‒ ha dado pie a relacionarlos con distintos grupos ocultistas. Por ejemplo, en El Señor de los Anillos el ojo de Sauron se ha interpretado como el ojo que todo lo ve de los Illuminati, en Gandalf se ha querido ver al célebre mago Aleister Crowley, Frodo representaría al nuevo aspirante que será iniciado en la hermandad y el anillo sería el símbolo de poder Illuminati utilizado para doblegar voluntades. Además, para redondear la hipótesis, Tolkien trabajó en Oxford, una universidad que según algunas teorías conspiratorias está dirigida por los Illuminati.

En cuanto a Lewis, la teórica de la conspiración Mary Van Nattan cree ver una representación de deidades solares paganas en El león, la bruja y el armario. En esta novela encontramos un mundo sumido en un invierno eterno, pero la llegada de Aslan rompe la maldición. Este personaje, con su pelaje dorado, representaría al Sol y al solsticio de invierno. Por su parte, el orador John Todd afirmó de este libro que es todo un tratado de brujería ‒de El Señor de los Anillos dijo que estaba basado en un texto wica‒.

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Harper Lee

8. Fue Truman Capote y no Harper Lee quien escribió Matar un ruiseñor

Truman Capote y Harper Lee fueron amigos de la infancia. En 1960 Lee publica su obra maestra Matar un ruiseñor, que le valió el premio Pulitzer al año siguiente y fue llevada al cine en una adaptación que ganó tres Premios Óscar. Sin embargo, el hecho de que Lee no haya vuelto a escribir una novela en toda su vida y que haya permanecido en silencio todos estos años ‒no habla con la prensa desde 1964‒ ha suscitado habladurías. En concreto se dice que Capote, que por esas fechas ya había demostrado su talento literario con Desayuno en Tiffany’s, podría ser el verdadero autor de Matar un ruiseñor. Para echar más leña al fuego Capote escribió en la sobrecubierta de la primera edición la siguiente frase: «Alguien raro ha escrito esta excelente primera novela: una escritora con el más alegre sentido de la vida y el más caluroso y más auténtico sentido del humor. Un libro conmovedor y tan divertido, tan agradable». Una frase que más de uno ha interpretado como una referencia al propio Capote.

El rumor ha tomado fuerza en las últimas décadas: en 2003 un diario afirmaba que el biológico de Capote, Archulus Persons, quien decía que Capote había escrito «casi todo» el libro. Ahora bien, una carta de Capote escrita a un vecino de Monroeville confirmaría que la autora estaba escribiendo el libro en 1959 y que iba a publicarse pronto. El reciente anuncio por parte de Harper Lee en 2015 de que va a publicar una segunda parte de su novela parece desinflar más todavía esta leyenda urbana.

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Albert Camus

9. La KGB mató a Albert Camus por criticar a la URSS

Camus había sido muy crítico públicamente con la URSS, además de apoyar al escritor Boris Pasternak después de que hubiera sido prohibido por Stalin, lo que pudo provocar el malestar en Moscú. La razón oficial de la muerte de Camus, ocurrida la madrugada del 4 de enero de 1960, fue un accidente de coche en Sens, una pequeña ciudad en el norte de Francia, pero el poeta y traductor checo Jan Zábrana afirmó que la KGB utilizó una tecnología especial para perforar el neumático de coche de Camus, lo que finalmente provocó el accidente. Según esta hipótesis la orden habría sido dada personalmente por el ministro de Exteriores soviético Dmitri Trofimovic Shepílov como consecuencia de un artículo publicado en la revista francesa Franc-tireur en marzo de 1957, en el que Camus lo atacaba de forma explícita.

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J.D. Salinger

10. El guardián entre el centeno era una herramienta de control mental de la CIA

El guardián entre el centeno es uno de los libros más censurados en las escuelas y bibliotecas norteamericanas y una de las novelas más polémicas del siglo XX. Es cierto que gran parte del mérito se debe a su contenido sexual y a su lenguaje obsceno, pero la obra de Salinger tiene alrededor toda una leyenda negra como consecuencia de una fatídica coincidencia: ser el libro de cabecera de dos célebres asesinos. En 1980 Mark David Chapman asesinó a John Lennon y solo un año más tarde John Hinckley Jr. lo intentó con el presidente Ronald Reagan. Chapman estaba tan obsesionado con el libro que después de matar a Lennon empezó a leerlo allí mismo, en la calle, a pocos metros del lugar donde había cometido el crimen. A partir de aquí, algunos paraonicos no han perdido la ocasión de insinuar que Salinger era un agente de la CIA y que su libro era un mecanismo de control utilizado para lavar el cerebro. Según Adam Gorightly la novela sería un mecanismo de activación que pone en marcha un proceso hipnótico con la orden de matar. Eso explicaría por qué los asesinos leen la novela antes de cometer sus crímenes.

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Stephen King

11. Stephen King mató a John Lennon

Si la teoría de El guardián entre el centeno como arma de la CIA es disparatada, la idea de Stephen King asesinando a John Lennon parece directamente sacada de un relato de tres al cuarto. Aprovechando la confusión que existe alrededor de la muerte del malogrado Beatle, muchas son las teorías que hay sobre los motivos que pudieron desencadenar el crimen. Para Steve Lightfoot, autor del libro Stephen King disparó a John Lennon, Chapman no sería más que un chivo expiatorio para ocultar la culpabilidad del verdadero asesino, el rey de la novela de terror Stephen King. En su rocambolesca teoría Richard Nixon y Ronald Reagan querrían deshacerse de Lennon debido a sus reiteradas críticas en contra de la guerra, por lo que contrataron a King, que en ese momento tendría 33 años, para que hiciera de asesino. King, y no Chapman, sería la persona que aparecería con Lennon en la famoso foto que se hizo antes del asesinato. Dice Lightfoot que King dejó algunas pruebas cifradas de su crimen en El misterio de Salem’s Lot y en La zona muerta y afirma, además, que el escritor le ha enviado cartas amenazadoras para que guarde silencio.

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Tom Clancy

12. El desastre del 11S fue encubierto con la ayuda de Tom Clancy

Todos conocemos la versión oficial de lo ocurrido en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Sin embargo, para la escritora Carol Valentine el que un grupo de terroristas armados con cuchillos consiguiera secuestrar cuatro aviones y estrellara con éxito tres de ellos en sus objetivos previstos es una historia demasiado increíble. Según su teoría conspiratoria sionista el culpable del atentado sería el propio gobierno estadounidense, en colaboración con Israel, que inventaron la historia de los terroristas para encubrir sus acciones. El escritor Tom Clancy habría sido contratado para utilizar sus dotes literarias en el diseño de todo el montaje. Valentine recuerda que en la novela de Clancy de 1994 Deuda de honor un terrorista consigue estrellar un avión contra el edificio del Capitolio, lo cual no puede ser una casualidad ‒¿o sí?‒.

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J.K. Rowling

13. J.K. Rowling no es una persona real

Sobre esta teoría ya he escrito alguna vez, concretamente aquí. Planteada por una cineasta noruega llamada Nine Grunfeld, esta teoría sospecha de la capacidad de una sola persona, que además estaba atravesando por momentos muy difíciles, para crear una industria de las dimensiones de Harry Potter. Según Grunfeld el sello de Harry Potter es el resultado de una estrategia de marketing diseñada por Warner Bros y Bloomsbury y desarrollada por un grupo de escritores y de publicistas para crear un producto con un fuerte atractivo comercial. La mujer que encarna a J.K. Rowling sería una actriz contratada en 1997 para ponerle cara a la autora, así como el resto de familiares y amigos de su círculo.


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